El
decrecimiento es una corriente de pensamiento económica, política y
social que surge de pensadores críticos con el desarrollo y la
sociedad de consumo, entre ellos Ivan Illich, André Gorz, Cornelius
Castoriadus o Francois Partant, incluyendo en esta crítica la del
fracaso del desarrollo en los países empobrecidos. Se basa en la
evidencia de que los recursos naturales son finitos y que por lo
tanto el planeta no puede sustentar un crecimiento económico al
ritmo actual. Sus dimensiones básicas son tres: la ecológica (la
conservación del medioambiente es imprescindible), la económica
(disminuir el consumo y la producción, reducir y repartir el tiempo
de trabajo y caminar hacia una economía solidaria) y la social
(simplicidad voluntaria y autosuficiencia).
La
teoría del decrecimiento comienza a tomar fuerza en los años
noventa en Francia con los aportes de teóricos como Vincent Cheynet,
Francois Schneider o Serge Latouche, el ideólogo del decrecimiento
más reconocido en la actualidad cuyo libro Objectif
décroissance (2003)
marca un hito. Serge Latouche (2009) propone un sistema de soluciones
a los que se ha nombrado como los pilares del decrecimiento o el
modelo de las “8 R”:
- Revaluar. Se trata de sustituir los valores globales, individualistas y consumistas por valores locales, de cooperación y humanistas.
- Reconceptualizar. Encaminado sobre todo a la nueva visión que se propone del estilo de vida, calidad de vida, suficiencia y simplicidad voluntaria. Modificar nuestras formas de conceptualizar la realidad, evidenciando la construcción social de la pobreza, de la escasez, etc.
- Reestructurar. Adaptar el aparato de producción y consumo, y las relaciones sociales en función de la nueva escala de valores.
- Relocalizar. Es un llamamiento a la autosuficiencia local con fines de satisfacer las necesidades prioritarias disminuyendo el consumo en transporte.
- Redistribuir. El reparto de la riqueza y acceso a recursos naturales, sobre todo en las relaciones entre el Norte y el Sur.
- Reducir. Con respecto al cambio del estilo de vida consumista al estilo de vida sencilla y todas las implicaciones que esto conlleva, limitando el consumo a la capacidad de carga de la biosfera.
- Reutilizar y Reciclar. Se trata de alargar el tiempo de vida de los productos tendiendo a utilizar bienes durables y su reparación para evitar el consumo y el despilfarro.
Por
otro lado, se alzan las críticas que hacen referencia a que los
habitantes de los países desarrollados del Norte y las elites
privilegiadas del Sur, no tienen derecho para exigir a los países
del Sur que decrezcan. Pero la propuesta del decrecimiento se centra
en que los países del Sur sigan su propio camino y no imiten nuestro
modelo de desarrollo que ha demostrado ser poco válido para
proporcionar bienestar a las personas y preservar la naturaleza. Se
pretende salir de un modelo económico que nos hace dependientes,
redefinir la idea de riqueza, entendiéndola como satisfacción
moral, intelectual, estética, equidad social…
Entradas
11 comentarios:
Me encanta el decrecimiento, y me parece la única forma de poder seguir sobreviviendo en este planeta...
Me encanta la comparación con el caracol:
"El caracol construye la delicada arquitectura de su concha añadiendo una tras otra las espiras cada vez más amplias; después cesa bruscamente y comienza a enroscarse esta vez en decrecimiento, ya que una sola espira más daría a la concha una dimensión dieciséis veces más grande, lo que en lugar de contribuir al bienestar del animal, lo sobrecargaría. Y desde entonces, cualquier aumento de su productividad serviría sólo para paliar las dificultades creadas por esta ampliación de la concha, fuera de los límites fijados por su finalidad. Pasado el punto límite de la ampliación de las espiras, los problemas del sobrecrecimiento se multiplican en progresión geométrica, mientras que la capacidad biológica del caracol sólo puede, en el mejor de los casos, seguir una progresión aritmética".
Ivan Illich
Hace tiempo vi un ejemplo que me fascinó. Era una mujer que había sido catedrática de economía. Decidió que si se mudaba a una casa la mitad de pequeña que la anterior, gastaría la mitad, por lo que podría trabajar la mitad, y tendría el doble de tiempo libre.
Ese tiempo libre lo empleó para relacionarse con sus amistades, cultivar sus aficiones, viajar...
Los estudios han demostrado que lo que verdaderamente hace feliz a una persona es sentirse integrada, amada, respetada, comprendida...y que el dinero solo es una forma facil de hacer frente a nuestras inseguridades y de raportarnos pequeñas dosis de felicidad a corto plazo.
Muy bueno Anónimo!
Hay muchas opiniones a favor de trabajar menos, repartir los trabajos y ganar en calidad de vida. Todo es proponérselo.
Lo malo que esto frenaría el crecimiento, valga la redundancia, de las ansias de aquellos que más tienen y más quieren. Que más se lucran a nuestra costa. Y son unas ansias y un poder difícil de combatir.
Pero ojo, difícil, no quiere decir imposible.
A mi me gustaría saber cómo promoveríais este cambio que abarca tantos campos (sociales, políticos, mercantiles, educacionales...), cómo podríamos pasar del sistema actual al que proponéis.
En este artículo (bastante largo y completo, es recomendable leerlo a cachitos día a día) se da mucha información acerca de decrecimiento, slow, downshifting, consumo consciente, y otras muchas cosas bastante interesantes. Lo recomiendo encarecidamente.
http://wordpress.eldedoenlallaga.com/category/vivir-con-menos-y-mejor-decrecimiento-slow/
También, para otros temas decrecentistas (más teóricos, eso sí), hay un blog que se encarga de recopilar información (texto y vídeo) de la red
www.decrecimiento.info
Saludos
¡Qué interesante Miki! Habrá que echarlo un vistazo, tiene muy buena pinta.
"Anónimo", yo pienso que el cambio es fácil de promover desde cada uno. Empezando cada uno por su casa y su forma de vida.
Y luego ampliando horizontes, difundiendo información como esta, contándoselo a tu familia y amigos...
en definitiba, desde abajo. :)
Muchas gracias por la documentación Miki. Lo incluiremos en nuestra Biblioteca. :)
Los recursos del planeta son los que son y se renuevan a su ritmo. Son cíclicos, pero sus ciclos son lentos y los consumimos a una velocidad mayor de la que se renuevan. Por tanto, el decrecimiento no solo es una buena idea, sino que es una opción de desarrollo lógica y coherente con la realidad. "No se puede gastar más de lo que se tiene", y la naturaleza no da préstamos...
Las ventajas o inconvenientes para cada uno de nosotros pueden ser discutibles, pero esa discusión debería partir de: ¿qué necesitamos para ser felices?¿qué nos hace más felices? Si nos paramos a pensar en esto, seguro que a todos nos sobra "crecimiento" por muchos sitios. Luego que cada uno reflexione y vea dónde quiere decrecer para vivir mejor.
Me alegra haber contribuido :)
Graciosa animación pedagógica:
El ultimatum evolutivo
¡Qué bueno ALICIA! ¡Gracias! :)
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